
Ella mira por encima de sus lentes de marco delgado. Cuando más chica le criticaban ese gesto; Decían que podía ser tomado como pura altanería, como un gesto de arrogancia. Pero ahora vuelve a mirar con sus ojos almendrados por encima de los cristales.
Su mamá o su hermana mayor le decían que tuviera cuidado con las panties, que no se le fueran a hacer hoyos porque tenía bonitas piernas y debía presentarlas bellas si quería conseguir cosas; Unas panties bien puestas podían ayudarte a conseguir un trabajo digno, decían. Su mamá contaba que prefería comprar menos cuadernos si era necesario. Hace un rato ella rompió con delicadeza las medias que traía puestas.
Cuando chica jugaban con una amiga a robar los maquillajes de sus mamás cuando estas iban al supermercado. Recordó rápidamente a esa niña y así de fugaz se le fue de la cabeza.
Se fascinó siempre con lo atrevido del resplandor de las ampolletas, esa luz que aparenta más de lo que es. Y mirar al sol, incluso al ocaso, cuando parecía agrandarse para hacer más solemne su despedida.
Antes de sacarse la bata recuerda cosas así. Pero hay que subir al escenario, seguir la música y esperar que la voz distinta de cada noche le meta unos billetes en la liga de los calzones.
buenísimo
ResponderEliminarEl desarrollo permite que el final sea impactante y quede la sensación de nostalgia que me imagino pensaste en provocar :P... esa es mi humilde impresión...