Hirvió el agua.
Cebé el mate.
Tomé el agua.
Apago la radio.
Me lavo los dientes.
Cargo las armas.
Salgo despacio.
Cierro la puerta.
Tiro las llaves.
Santiago me espera.
Cebé el mate.
Tomé el agua.
Apago la radio.
Me lavo los dientes.
Cargo las armas.
Salgo despacio.
Cierro la puerta.
Tiro las llaves.
Santiago me espera.
muy sugerente, como debe ser la literatura breve! la parte de "cargo las armas" es crucial!! y "santiago me espera" deja las resonancias del silencio repentino que muchas veces puede ser lo más importante de toda la obra!
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarDesagarrador. Me llegó como cachetada la imagen propia saliendo de la casa, cerrando la puerta y respirando profundo, como buscando fuerzas en lo más recóndito de los pulmones, o implorando que alguien me saque de aquí. Quizás el mate arregle un poco las percepciones...probaré.
ResponderEliminarAparte: Ojo con los tiempos verbales. Si no es apropósito, que sean congruentes.